El Talakhal: perdón por los muertos, paren esta cosa que me bajo...



19-03-2014

El Talakhal: perdón por los muertos, paren esta cosa que me bajo...



El seis de Febrero de 2014 ocurrieron una serie hechos en la frontera de España con Marruecos, concretamente en la valla de Ceuta que ya todos tristemente conocemos como si se tratara de la valla de nuestro propio jardín donde se guardan celosamente nuestros inconfesables secretos cotidianos de las miradas incómodas del vecino del chalet contiguo.

En mis clases en la Facultad, hace tiempo que los alumnos me orientaron a pedirles la diferenciación estricta entre hechos e interpretación de los hechos en función de la posición que cada actor tiene respecto a ellos. Por lo tanto todo acontecimiento, suceso, noticia, tragedia, crimen, etc., puede ser analizado y comprendido siguiendo esta simple lógica.

En el caso de la tragedia sucedida el día de autos en la frontera Ultra Sur de Ceuta, se impone, en nuestra opinión, la imperiosa necesidad de hacer tres cosas: primera y fundamental: pedir un sincero perdón a las familias, conocidos y amigos de las víctimas mortales producidas en Ceuta el Seis de Febrero.

En segundo lugar hacer un balance aproximado donde podamos distinguir entre hechos acaecidos y demostrables e interpretaciones y declaraciones políticas de uno y otro signo, de España y del Extranjero, de Madrid y de Bruselas.

Y en tercer lugar lanzar algunas interrogantes, que si bien ya estaban latentes antes de la fatídica fecha de Ceuta, ahora recobran, una encendida actualidad. Puede ser, que si la sociedad española consigue sacar un provecho moral de los hechos y aprender la lección que ese día nos dieron los emigrantes, sus dolorosas y lamentables muertes ese día, no hayan sido completamente en vano. Un perdón nacional de todo el pueblo español y europeo, emigrante, trabajador y respetuoso de los derechos humanos que inventó a través de la clase política burguesa digna que en otras épocas hemos tenido... Perdón porque entre todos, y sin querer, ese día... producimos una avalancha de quince muertos en dirección al depósito de cadáveres de la Hermosa y otrora multicultural y hospitalaria Ciudad de Ceuta.

Un perdón que creo que nadie en este planeta puede expresar con palabras, sino con el sentimiento y el dolor que todos llevamos en nuestro corazón ese día. Así lo llevan españoles de bien, siéntanse a su vez gallegos, catalanes, andaluces o vascos, siéntanse primero lo uno o lo otro, o todo lo contrario como decía don Miguel Miura. Pidamos perdón en nombre la clase política avergonzada de serlo ese día en muchísimos casos personales, algunos de los cuáles conozco personalmente. Los profesores de esta muy buena Universidad Pública mejorable que tenemos en España. Los infatigables médicos, los excelentes médicos que hay en nuestro país, otrora multicultural (y fíjense que no decimos ya intercultural...nos apañamos, de momento, con lo primero) como ninguno en Europa, médicos que están interpretando el Decreto Ley que dejaba a los inmigrantes sin sanidad tomando el juramento hipocrático como base de su protocolo de actuación en los hospitales y consultas...

A todos nos han clavado un puñal innombrable en el corazón, estos quince muertos desesperados por venir a Europa en busca de una vida más digna para sus hijos, que creían que venían a algo más que a rebuscar en los impecables contenedores de basura que el capitalismo financiero salvaje en caída libre ha colocado en las calles de la civilizada Europa. De la Venus de las bondades sociales como la definía hace ya unos diez años, el subnormal (con todos mis respetos a las personas y familias que son o tienen miembros con alguna deficiencia, o especificidad mental dada) de Robert Kagan, un pseudointelectual norteamericano a dieta del MIT y de otras instituciones que financiaban sus hoteles, vuelos y pagaban sus conferencias, en la época del Presidente George Walker Bush. Y que siguen financiando sus hoteles sus vuelos, sus hoteles, sus conferencias, sus comidas, en la época del Presidente Barak Hussein Obama.

Perdón en nombre de todos, porque quince personas procedentes de las emergentes democracias del continente vecino, como la República Centroafricana por poner un ejemplo, y que se dirigían a Europa (fíjense que digo a Europa y no a España) buscando una vida mejor sus hijos, huyendo muchos de ellos de una muerte probable (algunos son legítimos solicitantes potenciales de asilo político al decir de las ONGs que operan en la zona) han encontrado una muerte segura. Ese es el hecho central, fundamental e incontrovertible, ocurrido el día de autos...

¿Y cuáles son los hechos que podemos constatar en relación con la tragedia de Ceuta? A continuación exponemos de manera no exhaustiva algunos de estos hechos principales que se derivan de las hemerotecas, de las propias cámaras de seguridad del dispositivo Frontex instalado en la Frontera de Ceuta, de las declaraciones de políticos españoles y extranjeros:
- El día Seis de Febrero de 2014 hubo un intento de atravesar la Frontera entre España y la Unión Europea en su flanco sur, por la Ciudad Autónoma de Ceuta. De dos a tres centenares de personas de origen africano, según la fuente que se consulte, saltaron las vallas de la Ciudad Autónoma después de ser perseguidos, parece ser que apaleados, etc., por las fuerzas del orden del país vecino de marruecos que personalmente amo.

- Conozco la frontera del Talakhal, porque mi familia tiene residencia en la amable y fascinante Ciudad de Tetouan, y he viajado mucho al país hermano, tantas veces ensalzado por altas autoridades del estado español. He visitado la valla y la Frontera antes de que pusieran las concertinas, que según relatan expertos en blogs de internet, son disimuladas cuchillas de afeitar capaces de facilitar el que un ser humano normal se autoabra en canal antes de saltar por encima de ellas, salvo, claro está, hombres fuertes, jóvenes y valientes con lo que hay que tener para conseguir hacerlo, y también mujeres, ojo!!!).

- Esta cantidad indeterminable de personas negras, en su gran mayoría, una vez superadas las concertinas y la doble valla que se constituye como frontera, corrieron en todas direcciones hacia Europa, y en este caso para intentar alcanzar la ciudad de Ceuta, y por lo tanto territorio español. Hubo persecuciones de las que hay pruebas por las cámaras del propio dispositivo Frontex, de policías marroquíes a emigrantes en territorio marroquí, de entradas de miembros de las fuerzas y cuerpos de Seguridad del estado a territorio marroquí para facilitar su labor, que es su obligación y por la que les pagan, de evitar la entrada de personas sin documentación legal en territorio europeo.

- Algunos de estos fugitivos de las democracias emergentes africanas, y de países en proceso largo de consolidación democrática como Marruecos, intentaron cruzar a nado las aguas que hay a espaldas de los puestos fronterizos instalados en el Talakhal, cerca del pueblo de Castillejos, en Marruecos. Son unos centenares de metros, pero por lo que delatan las imágenes los emigrantes náufragos no son diestros en el deporte olímpico occidental de la braza larga. Van chapoteando como pueden cerca de la costa, y muy a buen seguro, (esto ya no es un hecho, sino una interpretación propia), confiados en que su escasez de conocimientos en natación será suplida, como lo es siempre, por las patrullas de salvamento marítimo de la Guardia Civil Española. Tengo familiares en dicho cuerpo, y doy fe de que en su inmensísima mayoría si no totalidad, así actúan, salvando vidas, como seres humanos honestos y trabajadores que son, siempre puede haber alguna oveja negra, pasa hasta en las mejores familias.

- Se han difundido imágenes Urbi et Orbi de la presencia confusa (pero que como están las imágenes es un hecho incontrovertible) de personas vestidas con los uniformes reglamentarios de las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado, pertrechados con abundante material antidisturbios, pelotas de goma incluidas, a pocos metros de los náufragos que pasaron de la categoría de emigrantes a cadáveres en esas horas del día seis. También hay imágenes de lanchas de salvamento que no pudieron llegar a tiempo para evitar lo que ahora parece un imposible, y que se convirtió en un hecho irremediable: la muerte de quince personas, en su mayoría dentro del agua de ese tramo de frontera entre el hambre y la falta de derechos sociales y políticos y la civilización y la abundancia de hamburguesas de vaca loca de que disfrutamos en Europa.

- Las declaraciones de unos y otros en el espectro político institucional resultan un hecho en su dimensión central: son todas confusas. Encontramos así declaraciones e interpretaciones un tanto surrealistas de los hechos en responsables institucionales. También en autoridades competentes y concernidas tanto españolas como europeas, actores políticos en el poder, políticos de la multicolor oposición política española conformada a modo de borroso arco iris (rojos tirando a amarillos, verdes tirando a grises, grises tirando a negro, negro tirando a grises, blanco tirando a marrón oscuro... rosas tirando a blanquirosas, rosas tirando rosa, roosa..., con Mayúscula. Demasiada policromía para un entierro masivo en fosa común de náufragos sin rostro.

- Con cierta alegría y muy poco rigor, las televisiones y algún medio de prensa masiva concreto han difundido noticias alarmantes sobre un número de personas aguardando en la frontera para saltar, completamente desproporcionado, sólo apto para personas racistas que tienen una idea de Africa como si se tratara de un gran desierto de Norte a Sur, donde no habría ni comida ni agua, ni países ni casas, más que treinta o cuarenta mil personas negras esperando a entrar en nuestro vergel. Es poco recomendable jugar con fuego si uno vive ya en una Europa que se convierte en un auténtico polvorín... lo que hay que escuchar, lo que hay que ver...

- Parecen ser hechos algunos efectos positivos colaterales de esta tragedia en masa: se ha dispuesto prohibir el uso de pelotas de goma en las operaciones de control de la frontera y de salvamento de los emigrantes náufragos. No podemos más que acordar nuestra más honesta felicitación por la racionalidad de tal medida. Las posibilidades de llevar a cabo con éxito, y sin muertos, las tareas democráticas que tiene asignadas la Guardia civil y las fuerzas y cuerpos de seguridad del estado no verán mermadas sus estadíscas por intervenir sin pelotas de goma, más bien mejorarán... Eso es una simple cuestión de lógica elemental de primero de primaria...

- Ha habido unas declaraciones grandilocuentes de la Señora Comisaria Europea señora Manstron, mostrando su firme propósito de llevar una investigación sobre lo sucedido en el Talakhal hasta el final, caiga quien caiga, vino a decir con sus palabras, en su primera intervención pública al respecto. En mi opinión, demasiados días tarde con respecto a los muertos, demasiado pronto quizás con respecto a la capacidad o voluntad política de Europa para tener en este tema de la “regulación de los flujos migratorios” una posición clara. Como le sucede a Europa en todo lo demás: ¿Acaso Europa Existe? ¿Alguien sabe por dónde anda? ¿Hacia dónde va? Orán, Orán... ¿Dónde vas Orán?, cantaba un grupo Folk del Magreb que se hizo famoso porque a raíz de esta canción fueron perseguidos y amenazados por bandillas de integristas religiosos, en una especie de repetición a modo de farsa de la persecución trágica a la que fue sometido Salman Rusdie.

- Nuestro Ministro del Interior, ha dado explicaciones de los hechos más o menos ajustadas tanto a la realidad como a la posición que ocupa, y hay que reconocer en su favor, que a nadie nos gustaría estar en la cuerda de equilibrista político por la que tiene que cruzar para salir airoso de este accidente político. Un mes después de quince personas muertas de la mesa, y de regatear, amagar y bandear la inexistente oposición que tiene enfrente, el muy señor Ministro se ha plantado en Ceuta con la estrategia ya histórica de su partido para resolver incendios y riadas: negadla y no enmendadla. Al final una variante innovadora, matizar el hecho, y culpar a Europa de los disparos al aire... Gracias señor Ministro... por algo se empieza.

- Para el Ministro son inmorales todos aquellos ciudadanos que se atrevan a anteponer en su pensamiento la existencia de quince personas inocentes muertas a la intachable actuación desde siempre, ahora y para siempre de la Guardia Civil, que para él sólo responde ante Dios y la historia. Francamente, parece demasiado. Puede incluso que demasiado para parte de su electorado más acérrimo que igual agradecería un poco más de temple, y de reconocer alguna vez un error, sin matices, un error con muertos... sobre todo los muertos, reconocer a los muertos, es fundamental para poder enterrarlos, y que no se añada hedor gratuito a una democracia que huele ya a cosas muy feas.

- Y quince muertos naufragando en las cámaras del Frontex, con la Cruz Roja convenientemente desavisada... parecía una excelente oportunidad que tenía el Ministro para comenzar a no tomar a los votantes del PP por idiotas sin corazón, y ahora también sin cartera...No pocos hay que en su día le votaron a este partido y hoy andan vagabundeando por las calles y deshauciados de sus viviendas y de sus empleos. Ya saben lo que decía el sabio alemán Lichtenberg: “Cuando los que mandan pierden la vergüenza, los que obedecen pierden el respeto” . En la estrategia de introducir el terror en cada ciudadano, y prepararnos para el clima de un estado de excepción que parece que dan por descartado que van a declarar, podrían encontrarse con la nobleza inesperada por ellos del pueblo español, traducida en una escasa participación electoral en las elecciones europeas. La anomia política se respira en cada poro de la sociedad, en cada rincón de las generaciones, ni mayores ni viejos quieren oir hablar de política... se está convirtiendo en la peste de nuestro tiempo.
Y vayamos muy brevemente ya, a las interpretaciones que nos hemos encontrado sobre los hechos y los relatos mismos ellos que hemos visto y oído en medios masivos de comunicación. Si los muertos duelen, como decía en un precioso cuento Gabriel García Márquez, tanto más están doliendo hoy, nos parece a nosotros, los cuentos que se nos cuentan sobre cómo mueren los muertos.

Duele la muerte, pero puede doler más al ciudadano desarmado que subvenciona el gasto en municiones de las fuerzas del orden, que se produzcan estos derroches de recursos... en época de recortes. Duele mucho saber que los mismos guardianes de nuestra seguridad son los que están impulsando un código penal que podría llevarnos de nuevo a una edad de piedra con pelotas de goma, gases lacrimógenos, y escudos dispuestos en escuadrones de asalto al más puro estilo de la hollywodense Braveheart. Mal, muy mal asunto... la gente está muy asustada, y el miedo nunca es buen consejero de la democracia.

En fin, nos está tocando vivir muy malos tiempos, y en el caso del Talakhal como ejemplo, demasiada ingeniería mental para hacer que la gente ignore lo esencial: quincepersonas muertas de forma gratuita, estúpida o ambas cosas a la vez. Tal es así que se imponen una serie de preguntas que como ciudadanos de bien, debemos hacernos:

1) ¿Está la Unión Europea verdaderamente dispuesta a seguir siendo lo que hasta hace poco fue: un espacio de promoción y desarrollo de la libertad, de la igualdad y de la fraternidad entre seres humanos, al interior de sus estados nacionales, y al exterior, del mundo?

2) ¿Entendemos a día de hoy por derechos humanos, lo mismo que creo que entendían los que los pusieron en marcha y los centenares de miles de ONGs y movimientos sociales ciudadanos que les han dado cuerpo: un conjunto de derechos que tienen en su centro de gravedad el derecho a la vida de todos los seres humanos que existen en este triste, entristecido planeta?

3) ¿Consideran sus ilustrísimas en las ciudades de Bruselas, Frankfort, París y Londres, especialmente... que los ciudadanos procedentes de Africa entran dentro de tal categoría...? O quizás tengamos ya algún sofisticado y avanzado estudio que demuestre, como se hacía en el siglo XIX, la inferioridad mental de los negros para justificar la nueva neocolonización geoestratégicamente retráctil.

4) ¿Estamos verdaderamente seguros de que sobrepasados determinados niveles de acumulación de riqueza material, la democracia y la economía de mercado dejada a su libre albedrío, son históricamente compatibles? O, más bien, tienen tendencia a fagocitarse la una a la otra dejándonos ante un dilema extremadamente preocupante. Se me ocurren dos o tres preguntas más, pero no quiero hurtarle al lector, aunque resulte algo doloroso, el derecho y el deber que tiene, como todos y cada uno de nosotros, de añadir las suyas propias.

Antonio Martínez López es profesor del departamento de sociología de la Universidad de Granada

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.


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