Papeles de invierno. Reforma agraria




Papeles de Invierno. Reforma agraria.

En fin, cuando la tierra ya esté limpia,
en eras dividida, y su dureza domeñada,
reclame el beso de la semilla, désela y produzca...


Lucio, Jumios Moderatus, Columela.
(Gades, siglo I, d.n.e.)



            Andaluces, hijos de la luz, hay cuestiones inaplazables que la historia nos reclama resolver. Cada vez que salimos a las calles a pasear nuestras hambres, las del pan y las otras, caen como sacos pesados de trigo dispuestos para la siembra las experiencias de siglos de lucha de nuestro pueblo. Y, sin embargo, el polvo que levantan nos impide ver el camino. Mientras, estos dirigentes de la vieja España, por cuyas venas corre el nacional catolicismo, se empeñan en hacer de nosotros mansos. Y nosotros, toros bravos en la dehesa, no seremos seres libres mientras no derribemos las cercas que nos retienen.


            España, esa España que a través de sus avaros nos señala con el dedo, acusándonos de indolentes y pedigüeños, vociferándonos que somos incapaces y que necesitamos de su tutela para sobrevivir, es la misma que nos roba la cartera.


            Andaluces, hermanos y hermanas, ¿no les escucháis decir que no les somos rentables? ¿Acaso nuestras vidas son mercancía en sus manos? Y mientras, sujetan fuertemente nuestras cadenas.


            Andaluces, mujeres y hombres de la Mar, de la Tierra, de la Fábrica, del Comercio, de la Cultura, de la Meditación... hay cosas que la Historia nos reclama y que debemos resolver en esta hora, y entre ellas se encuentra nuestra dignidad. Las monedas que nos devuelven, que son parte del robo que ejercen sobre nosotros, hay que tirárselas a la cara. No queremos un mendrugo de pan, queremos el fruto de la tierra, porque son nuestras las manos que la labran. Queremos una REFORMA AGRARIA INTEGRAL, negada durante siglos a base de sangre y represión. Porque la tierra para nosotros, los andaluces, es algo más que una mercancía, forma parte de nuestra propia vida y cultura y la estáis asesinando.


            Andaluces, mujeres y hombres, levantaos, porque todo lo público es nuestro y no tiene por qué pasar a manos ajenas. Andaluces, levantaos, para que allá donde haya una gota de sudor nuestra, el beneficio lo sea también. Andaluces de las artes, de la cultura, de la enseñanza, levantaos y trabajad para nuestro pueblo, porque esa será la mejor aportación que podáis hacer a lo universal. Andaluces, levantaos, porque tenemos derecho a un autogobierno digno y no al servicio de los mercados.


            Andalucía, Matria, nosotros y nosotras estamos aquí. Mueve tú las piezas en esta partida de ajedrez inaplazable.





Andalucía, invierno de 2013.


Marcos González Sedano.

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