Reflexiones de una maestra
Che
Guevara que estás en los cielos...
Che,
amigo,
a
lo largo de mi vida he ido conociéndote, de una manera imprecisa y
fragmentada, aun hoy diría que necesito otra vida para saber quien
fuiste y cómo fue tu vida en realidad, superando los extremismos que
te pintan como un dios o como un diablo, reconocer y valorar lo más
noble de ti mismo y de tu entrega total a la causa de la revolución; pero sólo soy un ser humano, y ya no me queda tiempo. Sé que lo
comprendrás.
Quizá
te preguntes por qué he pensado en ti, por qué hoy, casi medio
siglo después de tu muerte, te evoco con respeto. Qué quieres que
te diga, hay personas en la Historia que me despiertan un interés
especial. No sé en que momento te conocí. Tal vez en algun
documental en televisión, en alguna de las peliculas que se han
hecho sobre tu vida, o bien porque a menudo veia tu imagen, y todavía
te veo por todas partes. Pero a mi cuando alguien me intesa no me
limito a mirarlo de lejos, sino que voy a su encuentro, indago, me
informo... Así fue como empecé a conocerte siguiendo el rastro de
tu corta vida en la tierra.
Sin
embargo es ahora, con la que se nos ha venido encima, que siento tu
mirada que me recibe, como si nos conociermos desde siempre, y la
emoción del reencuentro con un viejo amigo. Una cosa tenemos en
común, ambos somós revolucionarios, en mi caso una revolucionaria
anónima que como una hormiga voy transitando por donde puedo a ver
si logro encontrar alguna "miaja" de sustento para alimentar mis
legítimos deseos de cambio, mi rebeldia y mi inconformismo. Aunque
ahora me siento afortunada porque comparto un proyecto amplio y
generoso con otros compañer@s de regiones cercanas y con muchas más
personas de todos los lugares del mundo. Nos llamados “los
indignados”. ¿Te das cuenta?, tu también fuiste un indignado,
Che, a tal punto que abandonaste todo lo que constituye una vida más
o menos confortable, tu profesión, tu familia, esposa e hijos, tu
hogar... Todo, para ir a hacer la revolución socialista allà dónde veias
que tu presencia podía ser útil.
Fuiste
un lector incansable. Aprendiste la lucha armada de los republicanos
españoles, la guerra de gerrillas que se ha practicado aquí desde
tiempos muy lejanos. Tu objetivo, implantar el socialismo en el que
creías que se podian solucionar las grandes desigualdes sociales y
las carencias y miserias de los pobres de la Tierra. Ahora, casi medio siglo después
de tu muerte, el socialismo ya no es el mismo que inspiraba entonces
la pasión y la entrega a su causa. Lo han pervertido, Che, lo han pervertido. en principio los
líderes de diversas potencias lo manipularon para implantar en sus
paises regímenes autoritarios, crueles y dictatoriales, com en Rusia
o China. Posteriormente lo convirtieron en la socialdemocracia
occidental, una versión endulzada, un socialismo versión Disney.
A
pesar de todo puede que la semilla que tu sembraste, durante tu vida
y sobre todo después de tu muerte, haya dado fruto sus frutos. Tu
espíritu revolucionarió es el mejor legado que pudiste dejarnos.
Por
eso ahora hemos comprobado que los gobiernos de las actuales
democracias no sólo no nos representan, sino que nos han vendido a
un neoliberalismo a ultranza que nos desposee de nuestros derechos
naturales y nos esclaviza, al tiempo que carga sobre nuestras
espaldas los resultados de todos sus desatinos.
Quiza
por eso hoy me acuerdo de ti. No creo que fuera una elección fácil la
tuya, no creo que te guiara ningun tipo de ambición personal. Más
bien pienso que viste en un cambio de ideologia la solución a los
problemas insolubles de muchos millones de desheredados de este
mundo. Tuviste buena conexión con los republicanos españoles
llegados a algunos paises sudamericanos y a Cuba después de la
guerra Civil. Con tu despierta inteligencia y tu capacidad de
esfuerzo aprendiste a trabajabar duro de dia y le arañabas horas al
sueño por la noche para poder leer, para continuar
tu formación, para poder escribir tus propias obras, tus propios
poemas... Alguien dijo que la poesía es un arma poderosa. Sí,
poderosa y necesaria.
Todo
por conseguir un mundo más justo para todos. Como era de esperar tu
existencia y tu conducta contravenia los intereses de la primera
potencia mundial, gobernada por los neoliberales, cuyo gobierno hoy sin juicio sigue
condenando a muerte sin y ejecutando por su cuenta en todos
los continentes, gracias a su poder tan duramente conseguido y tan
celosamente mantenido a cualquier precio. Tu sabias que ocurriria un
dia u otro, sin embargo seguiste adelante para realizar tu sueño,
lanzar una gran ofensiva desde Bolivia. Y llegó la hora. A traición,
te prepararon una emboscada, y como a un perro rabioso te
acribillaron. Luego exibieron su trofeo por todo el mundo. Hasta hoy
se puede ver en qualquier momento y en cualquier lugar la imagen de
tu cuerpo sin vida. Y la Humanidad perdió un gran hombre.
Nosotros,
los otros revolucionarios, no creemos en la lucha armada. Nuestra
revolución és pacifica, nuestras armas la razón, nuestro objetivo,
la justicia, nuestro empeño que cada uno de los habitantes de la
tierra viva con dignidad, el respeto a la Vida en todas sus formas,
convivir en armonia en este insignificante rincón del universo.
Por
eso, comandante Che Guevara, te pido que mantengas encendida la llama
de nuestra intansigencia, que tu recuerdo nos dé fuerza y convicción
para seguir adelante, que nos eches una mano para que podamos
mantenernos unidos, sin más ambición que recuperar nuestro poder,
el que tenemos los pueblos por derecho natural. Así alzaremos
nuestra bandera de respeto, justicia y paz con esperanza. Que podamos
hacer valer nuestros derechos, sin violencia- si, ya sé que esto te
parecererá la cuadratura del círculo-. Que consigamos cohesionarnos, como células de un mismo organismo, sabias y diligentes hasta
conseguir nuestro objetivo, el bien común, compartido,
solidario...Esta es nuestra voluntad.
Y
que siguiendo tu ejemplo de unidad de pensamiento de sentimiento y de
acción asumamos con responsabilidad el compromiso de que una nueva
revolución pacífica es posible y ya ha comenzado.
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