Puede que sea verdad

Hoy revolviendo mis viejos cuadernos, amarillos ya por el tiempo, encuentro unas fotografías. Ni recordaba que existían. Qué sorpresa, son esos pequeños documentos con los que se quiere fijar unos momentos que, superponiéndose constantemente, en el ir i venir de los dias, como las olas a la orilla del tiempo, se van desvaneciendo. Ahora soy casi un ser privilegiado. Puedo deambular, sin mirar el reloj, por las imágenes, destellos del pasado que brillan mientras los contemplo, para apagarse enseguida; tan pronto como retiro de ellas la mirada.

Sin embargo ya se ha producido el hechizo. Esas figuras resueltas en sombras evocan un contexto. Se llenan de color, de luz, de aire, de los gritos y las risas de las alumnas de mi primer curso como maestra.

ace poco una compañera, mirándome con cierto aire de nostalgia, me comentó "sabes Llum, cada maestra guardamos el borrador de una novela en un cajón..."

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