Cuaderno de otoño, Andalucía, la maldición
Cuaderno de otoño.
Andalucía, La Maldición, de Marcos Gonzáles Sedano
Andalucía, La Maldición, de Marcos Gonzáles Sedano
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Astarté deessa de grans poders a l'antiguetat |
La sentencia fue tan tajante que ya solo me quedaba un camino, una consulta, un viaje a lo prohibido, El Templo de la Lucera, Luciferi Fanum. Así que bajé por el Gran Río hacia Sanlúcar de Barrameda y en un lugar oculto, donde la uva se hace mosto y el mosto vino, entre barriles de solera mirando cómo la Mar en un amor compartido abraza al Guadalquivir (si alguna vez muero, recógeme entre tus manos, Sanlúcar, y ponme en un juanelo que remonte río arriba, surcando montes y campiñas, y que me deje a los pies de la Alhambra. Quiero ver desde el Paseo de los Tristes cómo llega la mañana) me sumergí en los brazos de Baco y le pregunté, verso a verso, de borracho a borracho, si sabía algo de una maldición. El dios, con su aliento perfumado en manzanilla, me respondió que él no sabía nada. Que hablase con Astarté.
La diosa de la naturaleza, de la vida, de la exaltación del amor y de los placeres carnales, se presentó ante mí, desnuda, apenas cubierta con unos velos de seda tejidos en los telares de Granada. "Artaté" -le dije- "Madre nuestra, tú que amamantaste a este pueblo en su cuna, dime: ¿sabes de alguna pócima fabricada por mano de hombre o dios que haya emponzoñado nuestros sueños?".
Astarté, amigo Antonio Manuel, no habla, solo mira y en su mirada lleva las respuestas. Andaluces, estad tranquilos, la maldición no existe. No debemos luchar ni contra magos ni contra dioses. Heracles ya les llevó su parte. Los males que nos aquejan salen de las manos de los hombres y a esos, a esos sí los podemos vencer.
En Andalucía, otoño del 2012
Marcos González Sedano
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