Un sindios de Juan José Millás

Una amiga m'ha enviat aquest enllaç perquè ambdues compartir admiració i respecte per la seua prosa; el seus comentaris són con sagetes que llança just a la diana del conflicte. No em resistisc a la temptació de tornar a incloure'l en aquest blog. Així, quan passe el temps, si sobrevivim al diluvi de penalitats que ens ofeguen en aquests moments, podré rellegir les seues afirmacions "subversives" i "subversores" per explicar aquesta calma Xixa en la que vivim el dia a dia, sotmesos a un discurs polític penosament reiteratiu i ximplot a través del qual ens volen fer veure allò de que una mentida, a copia de repetir-la fins a la fartera, pot transmutar-se en realitat. Aquesta és una pràctica de provada eficàcia als règims totalitaris. Potser per això ara el govern es proposa mediatitzar la TV pública. 
foto: LlumS


Desde que los ministros de Rajoy, en especial Montoro y Ana Mato, decidieron explicar didácticamente los porqués de la demolición del Estado, entendemos las cosas mucho mejor. He aquí un resumen, claro como el agua, de sus argumentos: Se pone precio a la sanidad para que continúe siendo gratuita y se expulsa de ella a determinados colectivos para que siga siendo universal. Se liquidan las leyes laborales para salvaguardar los derechos de los trabajadores y se penaliza al jubilado y al enfermo para proteger a los colectivos más vulnerables. En cuanto a la educación, ponemos las tasas universitarias por las nubes para defender la igualdad de oportunidades y estimulamos su privatización para que continúe siendo pública. No es todo, ya que al objeto de mantener el orden público amnistiamos a los delincuentes grandes, ofrecemos salidas fiscales a los defraudadores ambiciosos y metemos cuatro años en la cárcel al que rompa una farola. Todo este programa reformador de gran calado no puede ponerse en marcha sin mentir, de modo que mentimos, sí, pero al modo de los novelistas: para que la verdad resplandezca. Dentro de esta lógica implacable, huimos de los periodistas para dar la cara y convocamos ruedas de prensa sin turno de preguntas para responder a todo. Nadie que tenga un poco de buena voluntad pondrá en duda por tanto que hemos autorizado la subida del gas y de la luz a fin de que resulten más baratos y que obedecemos sin rechistar a Merkel para no perder soberanía. A no tardar mucho, quizá dispongamos que los aviones salgan con más retraso para que lleguen puntuales. Convencidos de que el derecho a la información es sagrado en toda democracia que se precie, vamos a tomar RTVE al asalto para mantener la pluralidad informativa. A nadie extrañe que para garantizar la libertad, tengamos que suprimir las libertades.

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